- Vienen semanas de trabajo intenso en el Parlamento de Navarra, que como institución representativa quiere tener un papel referencial en el Plan Reactivar Navarra/Nafarroa Suspertu, proceso que va a pivotar desde ahora hasta 2023 la política económica y social de la Comunidad Foral. Dicho de otro modo: todo lo que queda de legislatura para tratar de revertir las afecciones que ha provocado y provocará el COVID-19, que a juicio del presidente del Parlamento dejan "una Navarra diferente". Ante este panorama, Unai Hualde asume que la situación es social y económicamente "muy delicada", demanda consensos, y observa una "predisposición" por parte de todos los grupos políticos y de los agentes políticos y sociales "de intentar hacerlo bien y estar a la altura".

Antes que nada. ¿Cómo va la desescalada en el Parlamento?

-Estamos en una fase de actividad presencial mayor, empezamos a tener comisiones con presencia física de los parlamentarios, compatibilizándolas con otras telemáticas. Durante estos dos meses los portavoces y miembros de la mesa hemos tenido un contacto más regular, a través de videconferencia y luego presencialmente, pero con muchos parlamentarios es un momento de reencuentro.

¿En su caso particular, cómo ha pasado el confinamiento?

-Ha sido una experiencia de mucho trabajo de manera diferente, porque prácticamente desde el primer día hubo que estar teletrabajando y preparando la convalidación en el Parlamento de todas las medidas de urgencia que iba adoptando el Gobierno ante una situación cambiante para hacer frente a la pandemia. Medidas que requerían el aval, el debate y la aprobación de distintos órganos del Parlamento.

¿Eso ayudó a que los días pasasen rápido?

-Desde luego a estar permanentemente entretenido, y a tener también una rutina de trabajo desde casa la mayoría de los días de la semana. Otros había sesión con presencia reducida.

Encarrilada de momento la emergencia sanitaria, hemos pasado a una crisis económica. -Desde que nos encontramos con la pandemia hasta ahora, la actuación ha ido más encaminada a adoptar medidas de emergencia, para hacer frente a una situación cambiante en materia de salud, incrementos de presupuesto en renta garantizada, ayudas a autónomos, medidas para dotar de liquidez a las empresas, aplazamientos de tributos, etcétera. Ahora, con la pandemia más o menos controlada, estamos en un momento de reflexión y de diagnóstico lo más participativo posible entre todos los agentes públicos y privados, para que ver cómo salimos de esta desde un esquema de responsabilidad compartida. Dentro de ese proceso, el Parlamento debe estar como un agente cualificado por el carácter representativo que tiene. Es un momento muy importante, para hacer balance de qué va a suponer esto y salir desde esquemas diferentes a los de otras crisis en el pasado.

Son muchos agentes convocados a armar ese plan. ¿Qué importancia va a tener el Parlamento? ¿Tiene que decantar el debate?

-En este proceso es importante la participación de todos los agentes. Creo que es importante el consenso al que se ha llegado por parte de los grupos políticos de cómo articular la participación del Parlamento. Por ejemplo, que la fórmula sea una comisión especial, y que también hayamos llegado a un consenso sobre las normas de organización y funcionamiento de dicha comisión, a la que se le da un máximo nivel de importancia, y por eso va a estar presidida por el presidente y la Mesa del Parlamento. También ha habido consenso en la representación de los grupos parlamentarios, con voto ponderado en función del peso de cada grupo, y en que esa comisión se extinguirá cuando finalice su trabajo, tras elaborar un dictamen con propuestas concretas para incorporar al plan.

Se ha consensuado también un calendario y un plan de trabajo.

-Sí, el primer acuerdo fue requerir al Gobierno para que antes del 29 de mayo remita un informe sobre las previsiones económicas y de financiación para poder acometer el plan. Los grupos, con lógica, juzgaron especialmente relevante este elemento antes de empezar el debate.

Si no, sería deliberar a ciegas€

-Claro, veremos el nivel de detalle y certidumbre que puede tener el Gobierno, tras el anuncio de la consejera de Hacienda que en este 2020 va a haber una merma de recaudación de 818 millones. Ahora hay que despejar con qué fondos será posible contar, o qué márgenes existirán para emitir deuda. El 3 de junio finalizará el plazo de presentación de propuestas de resolución por parte de los grupos, y a partir de ahí comenzarán los debates sectoriales sobre estas propuestas. Un máximo de 39 por cada grupo en todo el proceso, y de 5 por departamento. El debate se articulará en sesiones entre el 9 y el 23 de junio. Y el 25 de junio habrá un pleno monográfico con el debate y votación del conjunto de propuestas de resolución aprobadas. Ese acuerdo del pleno será la aportación del Parlamento al plan.

¿Esa fecha del 25 de junio es indefectible?

-Siempre está la posibilidad, dependiendo de la evolución del debate, de poder ampliar el tiempo. Eso está contemplado, pero el calendario acordado en la sesión constitutiva de la comisión es este.

El Parlamento asume la necesidad de posicionarse rápido. Pero con tantos elementos interdependientes externos no es fácil.

-El Parlamento se ha adaptado a los propios tiempos que está marcando el Gobierno a la hora de llevar adelante el Plan. Hay cuestiones que tendrán que ir despejándose a lo largo de este proceso. La negociación económica con Madrid va a ser especialmente importante en las próximas semanas, porque hay que despejar qué recursos económicos va a tener Navarra para hacer frente a esta situación, y ahí el Gobierno Foral tendrá que estar especialmente vivo para conseguir buenos acuerdos, como ha sucedido en otros momentos de nuestra historia reciente. La pasada legislatura con la actualización de la aportación del Convenio Económico o más recientemente con la asunción de la transferencia de tráfico.

Con el añadido de que parece darse por hecho un rebrote otoñal del virus.

-Hay que planificar en un escenario de cierta incertidumbre, y ver cómo va evolucionando la situación epidemiológica, pero creo que es importante que para el verano haya un diagnóstico y una mínima planificación que luego seguramente haya que adaptar, porque nos estamos moviendo con una mayor estabilidad con la pandemia relativamente controlada, pero en un escenario de incertidumbre.

Una vez hecho el dictamen, ¿qué verano augura en lo político cuando va a ser socialmente tan atípico?

-Vamos a tener que ir testando. Creo que va a ser un momento interesante para conciliar esa necesaria precaución sanitaria con la necesidad de ir recuperando el ritmo de actividad.

Está satisfecho de la adaptación telemática realizada en favor de la actividad parlamentaria.

-Sí, habilitamos la posibilidad del teletrabajo en un tiempo record. Se han tomado las decisiones por amplia mayoría y casi siempre por unanimidad de los grupos y miembros de la Mesa, y ha sido satisfactorio que hayamos podido mantener una actividad legislativa y de control notable y considerable. Comparativamente, dentro de los Parlamentos de las comunidades autónomas del Estado, creo que hemos sido de los más activos en una situación tan difícil.

Aunque en política lo presencial no se pueda sustituir del todo.

-Desde luego no es lo mismo de cara a mantener la viveza del debate. Pero la telemática está funcionando bien y ayudando a la agilidad a la hora de adoptar medidas.

En esta crisis, la política debe gestionar estados de ánimo y de actitud muy variados.

-Por eso es importante el proceso con motivo del plan Reactivar Navarra/Nafarroa Suspertu. Una oportunidad para reflexionar sobre cómo vamos a encarar la reconstrucción social y económica. No nos podemos perder tampoco en debates de reinventarlo todo sin un rumbo claro o de hacer tabla rasa. Conscientes de lo que ha supuesto esto y de las incertidumbres por delante, tenemos la oportunidad de un debate efectivo para salir de esta situación de la mejor manera posible, con medidas concretas, y aprovechando las bases asentadas en los últimos años en el ámbito social y económico, para encarar este reto en mejor posición que otros. Se ha demostrado que tenemos un sistema sanitario con músculo que ha podido aguantar este reto. O un sistema educativo que ha sabido adaptarse a una situación tan difícil por la inversión realizada en digitalización.

Al mismo tiempo, la fuerza más votada del arco parlamentario va a defender las recetas de la legislatura 2011-2015, lo que puede suscitar un debate por momentos bronco.

-Veremos, pero frente a la receta de los recortes, que fue la de la crisis anterior, la apuesta por invertir en derechos sociales, en sanidad y en educación por parte de los dos últimos gobiernos nos ha permitido una mejor situación para poder salir adelante. Desde el punto de vista económico hay que aprovechar las reflexiones que se han hecho en los últimos años entre agentes públicos y privados. Sectores de potencial desarrollo en Navarra como el de la cadena alimentaria o la salud quizá cobren una importancia incluso mayor en la situación postcovid. Áreas que en la pasada legislatura en la estrategia de especialización inteligente se consideraron especialmente importantes para el futuro económico de Navarra.

Con todo, en la calle se respira un cierto clima de escepticismo.

-Socialmente es una situación muy difícil, viendo además que en determinados momentos ha habido informaciones contradictorias. Es lógico y entendible que la ciudadanía se sienta así. Pero durante estos dos meses, con independencia de discursos más o menos afortunados en el Parlamento, ha habido una actuación de bastante responsabilidad y de arrimar el hombro por parte del conjunto de fuerzas políticas de Navarra frente a lo visto en otras latitudes. Sí ha habido crítica, pero con un cierto sentido de lealtad y empatía de acompañar a un Gobierno que se ve ante un reto inconmensurable. Y no se ha dejado de tomar medidas para hacer frente a la situación de los autónomos, las empresas, del sistema sanitario o las residencias. Eso también deja un buen mensaje sobre la política. Se ha demostrado responsabilidad pública por parte de la clase política en Navarra.

El eco y el ruido en Madrid tapa el valor de este clima político en Navarra.

-Produce una cierta frustración, y nos lleva a algunas enseñanzas. La evolución de la pandemia ha demostrado que desde la cooperación y la cogobernanza entre los gobiernos autonómicos y el gobierno central se ha funcionado mejor que desde el mando único. Y que en Navarra se ha puesto a la ciudadanía por delante de diferencias partidistas.

Porque no es lo mismo poder tomar decisiones que gestionar las del mando único. Lo cual ha generado debate sobre el autogobierno.

-Ha habido una evolución en la gestión y diseño del gobierno central. El mando único no ha sido bueno en muchas ocasiones. Por ejemplo, en las compras de material sanitario. Y cuando la situación ha ido evolucionando hacia esquemas de corresponsabilidad, por ejemplo para el proceso de desescalada, muy delicado, se está demostrando que el funcionamiento es mejor. Cuando ponemos en valor el autogobierno y en Navarra nuestro régimen específico, hay una traslación positiva incluso en situaciones tan complicadas como esta.

¿A qué cree que es debido el contraste entre el ambiente político en Navarra y en algunos lugares del Estado?

-Desde el inicio de la legislatura el mensaje que he querido trasladar como presidente del Parlamento es la reivindicación del diálogo en una cámara sin mayoría parlamentaria. con la llegada de la crisis se ha demostrado que esto es más importante todavía. En Navarra estamos abocados a una cultura de entendernos entre diferentes y llegar a acuerdos sabiendo ceder en parte. Es algo que se ha practicado y desde luego tanto el Gobierno foral como las fuerzas políticas que lo sostenemos, hemos conseguido en estos meses tejer los acuerdos necesarios para llegar a grandes consensos y en muchos casos a la unanimidad. Creo que eso dice bien de todos los actores y los grupos políticos representados en la cámara.

"Ha habido crítica en el Parlamento, pero con un cierto sentido de lealtad y empatía con un Gobierno ante un reto inconmensurable"

"Es un momento muy importante, para hacer balance y salir de esto desde esquemas diferentes a los de otras crisis en el pasado"

"La clase política en Navarra ha demostrado responsabilidad pública durante estos dos últimos meses"